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Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Don Antonio Machado
1 comentario:
¿Para qué sirven los lujos en el viaje al más allá? Me parece que Toñito habla sobre una gran verdad: que cuando tengamos que decir el último adiós, mejor hacerlo casí desnudos. Yo, en lo personal, me sentiría mucho más a gusto desnudo del todo...
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