
La ermita, el olmo, el horizonte infinito...
Atalaya de un comienzo interminable desde el que Prometeo sueña su fracaso...
Un instante de insignificante dicha duradera
vale más que las grandes felicidades ocasionales,
vanas y caóticas ocurrencias en medio del "displacer, deseo o necesidad".
El hombre y las cosas. ¿Por qué el hombre no ve las cosas? Porque él mismo se sitúa en medio de las cosas y las oculta. (Nietzsche)
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