domingo, 30 de noviembre de 2008

El Ser y la Nada



La ermita, el olmo, el horizonte infinito...
Atalaya de un comienzo interminable desde el que Prometeo sueña su fracaso...
Un instante de insignificante dicha duradera
vale más que las grandes felicidades ocasionales,
vanas y caóticas ocurrencias en medio del "displacer, deseo o necesidad".
El hombre y las cosas. ¿Por qué el hombre no ve las cosas? Porque él mismo se sitúa en medio de las cosas y las oculta. (Nietzsche)

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