Lo profundo, lo difícil se hace fácil si se endulza. Lucrecio en su poema lo recuerda, y hace deleitosa la árida ciencia, porque la vierte mezclada con la miel de su Musa. Así lo dicen estos hermosos versos en hexámetros latinos. Versos que García Calvo emula en “discurso de a caballo” castellano, y casi los iguala. Y en castellano “discurso de a pie” Eduard Valentí Fiol los recrea para que mejor quepan en las entendederas. Memorizar las tres versiones ha de enriquecer tu alma, y tu cuerpo, te lo agradecerá.
Nunc age, quod superest, cognoscere et clarius audio.
Nec mi animi fallit quam sint obscura; sed acri
percussit thyrso laudis spes magna meum cor
et simul incussit suauem mi in pectus amorem
Musarum; qua nunc instinctus mente uigenti
auia Pieridum peragro loca nullius ante
trita solo: iuuat integros adcedere fontis.
Atque haurire iuuatque nouos decerpere flores
insignemque meo capiti petere inde coronam
unde prius nulli uelarint tempora Musae,
primum, quod magnis doceo de rebús et artis
religionum animum nodis exsoluere pergo,
deinde, quod obscura de re tam lucida pango
carmina, musaeo contingens cuncta lepore.
Id quoque enim non ab nulla ratione uidetur;
sed, ueluti pueris absinthia taetra medentes
quom dare conantur, prius oras pocula circum
contingunt mellis dulci flauoque liquore,
ut puerorum aetas inprouida ludificetur
labrorum tenus, interea perpotet amarum
absinthi laticem deceptaque non capiatur,
sed potius tali facto recreata ualescat,
sic ego nunc, quoniam haec ratio plerumque uidetur
tristior esse quibus non est tractata retroque
uolgus abhorret ab hac, uolui tibi suauiloquenti
carmine Pierio rationem exponere nostram
et quasi musaeo dulci contingere melle,
si tibi forte animum tali ratione tenere
versibus in nostris possem, dum perspicis omnem
naturam rerum, qua constet compta figura.
Lucrecio. De rerum natura. Liber Primus (921-950)
921-950 Se interrumpe el poeta, ante el anuncio de otros puntos de doctrina que pueden parecer difíciles, para exaltar el gozo de la poesía [con versos que se repetirán al comienzo del libro VI] y la osadía nunca oída de su empresa, de cantar tan claro las cosas más oscuras y de adobar la ciencia con los alicientes de la poesía [hacer –diríamos- con ayuda de fuerzas no racionales llegar la razón a los entendimientos], a lo que viene la comparación de los médicos que les dan a los niños disimuladas con miel las pócimas amargas.
Ahora conoce, ea ya, y lo que queda escucha en voz clara.
Y no se me oculta lo oscuro que es; pero una esperanza
grande de gloria me hirió el corazón con férvida vara
y al tiempo ha hincado en mí pecho un dulce amor de las santas
Musas; que ahora, istigado por él, con vívida alma
de hadas del canto apartado país recorro, por plantas
hollado de nadie jamás: da gozo a las puras fontanas
llegarse a beber, gozo da recoger nuevas flores estrañas
y a mi cabeza buscar de tal sitio ilustre guirnalda
de donde a nadie hasta aquí le han ceñido las sienes las hadas.
Porque primero, enseño de cosas grandes y el alma
procuro de nudos de religiones desenredarla,
y porque de asunto oscuro, además; echo al aire tan clara
voz a cantar, de las Musas tocándolo todo de gracia.
Que aun esto tampoco parece sin su razón que se haga;
mas, tal como a niños en darles los médicos cuando se afanan
odiosos ajenjos, primero a redor del borde la taza
del dulce y el rubio licor de la miel de un toque la halagan,
al fin de que así la edad inesperta quede burlada
de labios afuera y en tanto se beba la pócima amarga :
del zumo de ajenjo, y con ello engañándola no se la engaña,
sino más bien tratándola así cobra fuerzas y sana,
así ahora yo, como esta razón se le antoja harto agria
al que no ha con ella tratado, y de ella se aparta
la gente con tedio y horror, he querido en sones y galas
de poesía esta nuestra razón esponértela clara
y como del dulce don de la miel de las Musas tocarla,
por si podía quizá retener de ese modo tu alma
en estos mis versos, en tanto que toda entiendes la traza
del ser de las cosas. En qué ordenamiento firme se halla.
[Traducción de Agustín García Calvo para Editorial Lucina. Zamora 1997]
_______________________________________________________________
Entusiasmo del poeta por su obra
Sigamos ahora, aprende lo que resta y oye más claramente. No se me oculta cuán oscuro es el lugar en que entro; pero con agudo tirso una gran esperanza de gloria ha herido mi corazón y le ha infundido a la vez un dulce amor a las Musas; aguijado por él, con vívida mente recorro ahora los descaminados parajes de las Piérides, de nadie antes hollados. Me gusta descubrir fuentes intactas y de ellas beber; me gozo en coger flores recientes y tejer para mi frente una insigne guirnalda, como jamás las Musas ciñeron a las sienes de nadie. Primero, porque enseño cosas excelsas y me esfuerzo en libertar el ánimo de los apretados nudos de las supersticiones; después, porque sobre tema tan oscuro compongo versos tan luminosos, rociándolos todos con la gracia de las Musas. Y no parece fuera de razón este método: pues así como los médicos, cuando intentan dar a los niños el repulsivo ajenjo, untan primero los bordes de la copa con el dulce y rubio licor de la miel, para burlar, sólo en los labios, la incauta edad de los pequeños y hacerles apurar entretanto el amargo zumo, con engaño sí pero sin daño, antes con este remedio convalecen y se reponen; así yo ahora, ya que nuestra doctrina por lo común parece en exceso amarga a quien no la ha tratado y el vulgo se echa atrás y se estremece ante ella, quise exponértela en la armoniosa lengua de la Piérides como untada con la dulce miel de las Musas, por si pudiera así retener tu ánimo suspenso de mis versos hasta que veas claramente toda la Naturaleza cómo está trabada y cuál es su figura.
[Traducción de Eduard Valentí Fiol para Bosch, Casa Editorial, S. A. Barcelona. 1976]
No hay comentarios:
Publicar un comentario